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Curiosidades, Alimentos ecológicos (Slow speed)

Lo que antes podía parecer extraño, empieza a ser habitual entre los compradores: el consumo de frutas y verduras ecológicas. Pero ¿qué principios rigen este sistema productivo? ¿Cuáles son las prácticas agrarias utilizadas y en qué se diferencian de la agricultura normal? ¿Qué etiqueta llevan los productos eco?

La palabra ecología inunda nuestro vocabulario y no es difícil encontrar en el supermercado decenas de productos "bio", provenientes de sistemas productivos ecológicos. Es importante saber qué requisitos tiene que cumplir un alimento para ser considerado ecológico y qué normas regulan su etiquetado para que, a fin de cuentas, no nos den gato por liebre cuando vamos a hacer la compra.

En la Unión Europea existen tanto normas de producción como normas de etiquetado relativas a los alimentos ecológicos. Recientemente se acaba de aprobar el nuevo símbolo que distinguirá unos productos y otros, la llamada "eurohoja". Etiqueta que será obligatoria para las frutas, verduras, etc. "eco" producidas dentro de la Unión, y a la que se podrán añadir las distinciones específicas de cada región o Comunidad Autónoma. Prácticas agrarias Pero sólo algunos productos pasan el filtro ecológico. Para que tengan esta consideración, deben basarse en unas prácticas amables con el medio ambiente, que minimicen el impacto humano, y sean producidos de la manera más natural. Para conseguirlo, los agricultores y ganaderos suelen seguir ciertas prácticas ecológicas habituales, como la rotación de cultivos, la limitación del uso de pesticidas sintéticos y antibióticos para el ganado, prohibición del uso de transgénicos, selección de especies vegetales y animales resistentes a enfermedades y con adaptaciones regionales, la cría en espacios abiertos y el aprovechamiento de los recursos cercanos a la zona de cultivo o cría.

Todo esto, como explican desde la Comisión Europea de Agricultura de manera sencilla se resume en que "la agricultura ecológica es un sistema de producción agrícola que proporciona al consumidor alimentos frescos, sabrosos y auténticos al tiempo que respeta los ciclos vitales de los sistemas naturales". Consumidores de productos ecológicos En economía existe la famosa ley de la oferta y la demanda, según la cual, a mayor demanda mayor oferta, y viceversa, lo que simplemente explica la correlación entre el productor y el consumidor. Las estadísticas muestran que cada vez más consumidores apuestan por los productos ecológicos a la hora de hacer sus compras, buscando las etiquetas de certificación y encontrando cada vez más alimentos en los estantes de los supermercados.

Según los estudios de la Unión Europea, se estima que el mercado de los productos ecológicos está creciendo a un ritmo de entre un 10 y un 15% cada año, lo que ha supuesto que entre 1997 y 2006 el crecimiento de este tipo de productos respecto al total haya pasado del 0,5 al 4 por ciento en toda la Unión Europea.

En nuestro país, según los datos del informe Organic Farming in the European Union, realizado en el 2005, todavía estamos lejos de las grandes superpotencias consumidoras. Dinamarca se situaba como el país con más ventas de alimentos y bebidas ecológicos en relación con el mercado global de alimentos, con un 5 por ciento, seguido del mercado sueco (un 3 por ciento), Alemania, (2,6 por ciento) y los Países Bajos (con un 1,8 por ciento). Eso sí, a nivel de producción encabezamos el ranking europeo con Andalucía y Cataluña a la cabeza.

Fuera como fuese, lo que está claro es que el mercado de los alimentos ecológicos se está desarrollando a una gran velocidad, tanto a través de los consumidores como a nivel productivo, aunque parece que la oferta va por delante de la demanda.

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Lo que antes podía parecer extraño, empieza a ser habitual entre los compradores: el consumo de frutas y verduras ecológicas. Pero ¿qué principios rigen este sistema productivo? ¿Cuáles son las prácticas agrarias utilizadas y en qué se diferencian de la agricultura normal? ¿Qué etiqueta llevan los productos eco?

La palabra ecología inunda nuestro vocabulario y no es difícil encontrar en el supermercado decenas de productos "bio", provenientes de sistemas productivos ecológicos. Es importante saber qué requisitos tiene que cumplir un alimento para ser considerado ecológico y qué normas regulan su etiquetado para que, a fin de cuentas, no nos den gato por liebre cuando vamos a hacer la compra.

En la Unión Europea existen tanto normas de producción como normas de etiquetado relativas a los alimentos ecológicos. Recientemente se acaba de aprobar el nuevo símbolo que distinguirá unos productos y otros, la llamada "eurohoja". Etiqueta que será obligatoria para las frutas, verduras, etc. "eco" producidas dentro de la Unión, y a la que se podrán añadir las distinciones específicas de cada región o Comunidad Autónoma.

 

Prácticas agrarias

Pero sólo algunos productos pasan el filtro ecológico. Para que tengan esta consideración, deben basarse en unas prácticas amables con el medio ambiente, que minimicen el impacto humano, y sean producidos de la manera más natural. Para conseguirlo, los agricultores y ganaderos suelen seguir ciertas prácticas ecológicas habituales, como la rotación de cultivos, la limitación del uso de pesticidas sintéticos y antibióticos para el ganado, prohibición del uso de transgénicos, selección de especies vegetales y animales resistentes a enfermedades y con adaptaciones regionales, la cría en espacios abiertos y el aprovechamiento de los recursos cercanos a la zona de cultivo o cría.

Todo esto, como explican desde la Comisión Europea de Agricultura de manera sencilla se resume en que "la agricultura ecológica es un sistema de producción agrícola que proporciona al consumidor alimentos frescos, sabrosos y auténticos al tiempo que respeta los ciclos vitales de los sistemas naturales".

 

Consumidores de productos ecológicos

En economía existe la famosa ley de la oferta y la demanda, según la cual, a mayor demanda mayor oferta, y viceversa, lo que simplemente explica la correlación entre el productor y el consumidor. Las estadísticas muestran que cada vez más consumidores apuestan por los productos ecológicos a la hora de hacer sus compras, buscando las etiquetas de certificación y encontrando cada vez más alimentos en los estantes de los supermercados.

Según los estudios de la Unión Europea, se estima que el mercado de los productos ecológicos está creciendo a un ritmo de entre un 10 y un 15% cada año, lo que ha supuesto que entre 1997 y 2006 el crecimiento de este tipo de productos respecto al total haya pasado del 0,5 al 4 por ciento en toda la Unión Europea.

En nuestro país, según los datos del informe Organic Farming in the European Union, realizado en el 2005, todavía estamos lejos de las grandes superpotencias consumidoras. Dinamarca se situaba como el país con más ventas de alimentos y bebidas ecológicos en relación con el mercado global de alimentos, con un 5 por ciento, seguido del mercado sueco (un 3 por ciento), Alemania, (2,6 por ciento) y los Países Bajos (con un 1,8 por ciento). Eso sí, a nivel de producción encabezamos el ranking europeo con Andalucía y Cataluña a la cabeza.

Fuera como fuese, lo que está claro es que el mercado de los alimentos ecológicos se está desarrollando a una gran velocidad, tanto a través de los consumidores como a nivel productivo, aunque parece que la oferta va por delante de la demanda.