El Canadá de habla inglesa es una nación nueva en constante evolución. Los primeros habitantes de la zona, el actual Canadá, vinieron de Asia hace unos 10.000 años y se dispersaron hacia el norte y el sur de América. En Canadá, algunos de estos pueblos eran nómades y otros, agricultores y pescadores sedentarios. En el milenio siguiente, nadie sabía a ciencia cierta cuántos pueblos habían visitado Norteamérica. Con certeza los vikingos lo hicieron hace unos mil años, y pescadores de Europa occidental comenzaron a llegar a la costa este de Canadá hace unos seiscientos años para pescar bacalao. En el este de Canadá, los pequeños asentamientos estables de europeos de habla inglesa y francesa comenzaron a dispersarse hacia el continente norteamericano, impulsados por la búsqueda de pieles y el deseo de encontrar tierras para cultivar.
Canadá se convirtió en colonia del Imperio Británico en el año 1763. Poco después, como resultado de la Revolución Norteamericana, Canadá recibió una gran afluencia de americanos aún leales a la Corona Británica: los legitimistas. Este grupo determinó la forma en la que los canadienses hablan el inglés en la actualidad. La mayor parte de los inmigrantes a Canadá durante la primera mitad del siglo XIX eran británicos protestantes, quienes fortalecieron los sentimientos de lealtad al Imperio Británico, de oposición a los Estados Unidos, y de rivalidad con la arraigada sociedad francófona católica de Quebec. La constitución original de Canadá era conocida como la Ley de la Norteamérica Británica. La posterior inmigración desde otros países hizo que las actitudes evolucionaran. La mayoría de los canadienses ha aceptado gradualmente la variada composición de los sectores más tradicionales de la sociedad canadiense en constante evolución. Sin embargo, los canadienses conservan símbolos comunes, instituciones y una forma de vida características de Canadá. Esperan que la mayoría de los inmigrantes acepten esta forma de vida canadiense como condición para que Canadá sea su hogar.
El entorno del norte, el legado de los pueblos aborígenes, el persistente apego al Imperio Británico, la rivalidad y la adaptación con los franco-canadienses, y la cambiante influencia de los extranjeros han contribuido a la evolución de la identidad anglo-canadiense. Las imágenes de los paisajes del norte son una fuerte identificación de los canadienses con su país, aun cuando en la actualidad, la mayoría de ellos vive en las ciudades. Las pinturas paisajistas del “Grupo de los Siete” a comienzos del siglo XX, y los símbolos como la hoja de arce y el castor son ejemplos de esta identificación canadiense con el entorno natural agreste, tan característico de Canadá.
El hockey sobre hielo se ha convertido en un rito nacional. (No todos los canadienses son amantes del hockey, pero todos asocian al hockey con Canadá.) Es lógico que los equipos de hockey, que generaron el orgullo patriótico al ganar el oro para Canadá en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, hayan estado formados por jugadores de ascendencias tan variadas. Para la mayoría de los canadienses, estos jugadores son simplemente héroes canadienses del hockey. La cuestión del origen ancestral de jugadores con apellidos como Yzerman, Iginla, Sakic, Kariya, Gretzky, Jovanovski, Sunohara, o Wickenheiser sencillamente carece de importancia.
El vínculo que mantiene unidos a los canadienses de habla inglesa es el idioma inglés en sí. A pesar de que la cultura canadiense es actualmente una verdadera amalgama de influencias de todas partes del mundo, la lengua anglo-canadiense es uniforme en todo el país y menos variada que la pronunciación de Gran Bretaña, los Estados Unidos o del hemisferio sur. El inglés canadiense es una versión del inglés muy útil para los hablantes no nativos. Es fácil de entender y apropiado para cualquier parte del mundo.