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The Linguist. Una Guía Personal para el Aprendizaje de Idiomas, 36. LA ACTITUD DEL LINGÜISTA. Simplemente Comuníquese

Las redes de pesca existen para atrapar peces.

Una vez atrapado el pez, te puedes olvidar de la red.

Las trampas para conejos existen para cazar conejos.

Una vez cazado el conejo, te puedes olvidar de la trampa.

Las palabras existen para capturar significados.

Una vez capturado el significado, te puedes olvidar de las palabras.

¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras?

¡Me gustaría intercambiar unas palabras con él!

Zhuangzi, siglo IV aC Puede parecer obvio, pero para ser un lingüista usted debe querer comunicarse en otro idioma. La gente que tiene éxito al aprender otro idioma tiene un objetivo en mente: conocer otras personas y sus culturas, no sólo aprender un idioma nuevo. Únicamente cuando estuve motivado para conectarme con una cultura nueva y su gente, estaba en camino de ser un lingüista.

No todos los estudiantes de idiomas están motivados a usar el idioma que están aprendiendo. Recuerdo claramente un día, hace cuarenta años, cuando estaba a cargo del laboratorio de idiomas en el Instituto de Agricultura en París. De repente, uno de mis estudiantes murmuró: “¡Merde, he estado estudiando inglés durante diez años y todavía no entiendo nada!”. Sin más, arrojó sus auriculares y salió de la habitación. Todavía lo puedo ver.

Comprendo su frustración. Él habla por todos los estudiantes de idiomas frustrados que sufren durante años con las clases de enseñanza formales, memorizando, ejercitando, respondiendo preguntas, estudiando para exámenes –y aun así no logran la fluidez. Estaba harto de intentar aprender nuevas palabras que carecían de importancia para él. Los contenidos que estaba estudiando no le interesaban. No tenía deseos de comunicarse en inglés. El proceso en general carecía de sentido para él.

El lingüista sabe que para ser fluido en un nuevo idioma se necesita un compromiso que vaya más allá de asistir a clases o estudiar los libros de textos. Un lingüista se esfuerza para conectarse con una nueva cultura, y aprovecha cada oportunidad para utilizar el idioma nuevo en situaciones de la vida real. Sin la motivación para comunicarse en el idioma nuevo, el estudiante queda a la deriva luchando con los detalles técnicos del idioma que se olvidan fácilmente.

Recuerdo cuando estudiaba latín en la escuela: hacíamos competencias para ver quién podía declinar más rápido los sustantivos en voz alta. Yo podía declinar bellum, tanto en singular como en plural, en pocos segundos. Literalmente, sonaba incomprensible. Pero nunca tuve la intención de hablar en latín. Sólo quería aprobar los exámenes. Lo mismo sucedió con el francés en la secundaria. He olvidado el latín hace mucho tiempo y no pude hablar correctamente en francés hasta después de terminar la secundaria.

Un idioma es comunicación, no es detalles gramaticales, ni listas de vocabulario, ni exámenes, ni ejercicios. En la cita al comienzo de este capítulo, Zhuangzi nos dice que hasta las propias palabras de la lengua son creaciones artificiales. La comunicación íntima del significado es la naturaleza esencial del idioma, y por lo tanto del aprendizaje del idioma. El resto es artificial. Las redes para atrapar peces sólo sirven para atrapar peces. Las palabras sólo sirven si se produce la comunicación. El estudiante debe querer comenzar a comunicarse.

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Las redes de pesca existen para atrapar peces.

Una vez atrapado el pez, te puedes olvidar de la red.

Las trampas para conejos existen para cazar conejos.

Una vez cazado el conejo, te puedes olvidar de la trampa.

Las palabras existen para capturar significados.

Una vez capturado el significado, te puedes olvidar de las palabras.

¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras?

¡Me gustaría intercambiar unas palabras con él!

  • Zhuangzi, siglo IV aC

Puede parecer obvio, pero para ser un lingüista usted debe querer comunicarse en otro idioma. La gente que tiene éxito al aprender otro idioma tiene un objetivo en mente: conocer otras personas y sus culturas, no sólo aprender un idioma nuevo. Únicamente cuando estuve motivado para conectarme con una cultura nueva y su gente, estaba en camino de ser un lingüista.

No todos los estudiantes de idiomas están motivados a usar el idioma que están aprendiendo. Recuerdo claramente un día, hace cuarenta años, cuando estaba a cargo del laboratorio de idiomas en el Instituto de Agricultura en París. De repente, uno de mis estudiantes murmuró: “¡Merde, he estado estudiando inglés durante diez años y todavía no entiendo nada!”. Sin más, arrojó sus auriculares y salió de la habitación. Todavía lo puedo ver.

Comprendo su frustración. Él habla por todos los estudiantes de idiomas frustrados que sufren durante años con las clases de enseñanza formales, memorizando, ejercitando, respondiendo preguntas, estudiando para exámenes –y aun así no logran la fluidez. Estaba harto de intentar aprender nuevas palabras que carecían de importancia para él. Los contenidos que estaba estudiando no le interesaban. No tenía deseos de comunicarse en inglés. El proceso en general carecía de sentido para él.

El lingüista sabe que para ser fluido en un nuevo idioma se necesita un compromiso que vaya más allá de asistir a clases o estudiar los libros de textos. Un lingüista se esfuerza para conectarse con una nueva cultura, y aprovecha cada oportunidad para utilizar el idioma nuevo en situaciones de la vida real. Sin la motivación para comunicarse en el idioma nuevo, el estudiante queda a la deriva luchando con los detalles técnicos del idioma que se olvidan fácilmente.

Recuerdo cuando estudiaba latín en la escuela: hacíamos competencias para ver quién podía declinar más rápido los sustantivos en voz alta. Yo podía declinar bellum, tanto en singular como en plural, en pocos segundos. Literalmente, sonaba incomprensible. Pero nunca tuve la intención de hablar en latín. Sólo quería aprobar los exámenes. Lo mismo sucedió con el francés en la secundaria. He olvidado el latín hace mucho tiempo y no pude hablar correctamente en francés hasta después de terminar la secundaria.

Un idioma es comunicación, no es detalles gramaticales, ni listas de vocabulario, ni exámenes, ni ejercicios. En la cita al comienzo de este capítulo, Zhuangzi nos dice que hasta las propias palabras de la lengua son creaciones artificiales. La comunicación íntima del significado es la naturaleza esencial del idioma, y por lo tanto del aprendizaje del idioma. El resto es artificial. Las redes para atrapar peces sólo sirven para atrapar peces. Las palabras sólo sirven si se produce la comunicación. El estudiante debe querer comenzar a comunicarse.