Aprender un idioma nuevo es muy agradable cuando usted aprende rápido, y esto requiere intensidad. En el entrenamiento físico, a menudo escucha la frase “al que quiera celeste, que le cueste”. Ciertos músculos necesitan ser intensamente trabajados para lograr fuerza y rendimiento. El ejercicio eventual no hará más que mantener un nivel existente de estado físico. Lo mismo sucede con el entrenamiento lingüístico. Su meta debe ser la mejora constante hacia la fluidez, y no sólo el mantenimiento.
Durante un periodo de aprendizaje intenso, necesitará explotar al máximo la capacidad de su cerebro para procesar idiomas mediante la repetición constante y frecuente. Este periodo puede abarcar de tres a doce meses, dependiendo de su punto de partida y de sus metas. Durante este periodo, debe mantener un compromiso constante con su tarea. La fluidez no se logra sin el sudor de su frente. Aun así, puede ser una tarea agradable, pero al igual que en el ejercicio físico, los métodos de entrenamiento deben ser efectivos. De hecho, a mayor efectividad de los métodos de entrenamiento, mayor será la intensidad de la experiencia de aprendizaje, y por lo tanto, mejores serán los resultados.
La mayor intensidad de aprendizaje se logra cuando usted estudia por su cuenta, o cuando está interesado en comunicarse con un hablante nativo sobre algún tema de su interés. Más de cinco personas en una clase distraen la atención y hasta una clase individual puede resultar estresante si el estudiante no está predispuesto. Mientras más pueda controlar lo que estudia, más seguirá sus intereses e inclinaciones y más rápido aprenderá. Para que esto funcione, usted necesita una estructura y disciplina en sus estudios. Debe estudiar un poco cada día. Debe medir su progreso.