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The Linguist. Una Guía Personal para el Aprendizaje de Idiomas, 49. CÓMO APRENDER UN IDIOMA. Escuchar

Lo primero es escuchar. Mi experiencia al aprender chino, japonés y otros idiomas me ha demostrado que la mejor manera de mejorar la fluidez y la comprensión es escuchar – una actividad en apariencia pasiva- una y otra vez contenidos comprensibles. Esta actividad le permite desarrollar sus aptitudes lingüísticas de una manera relajada y sin causarle estrés. Escuchar no es una actividad sólo para principiantes. Yo sigo escuchando mis cintas favoritas en idiomas que ya domino: en mi automóvil, mientras camino o troto, o mientras realizo tareas en mi casa. Siempre se puede mejorar la pronunciación, el ritmo, el vocabulario y la fluidez.

Comience por elegir contenidos que estén a su nivel y simplemente escúchelos. Si usted es un principiante, puede elegir contenidos cortos de unas pocas líneas. Más adelante, podrá pasar a contenidos de dos a cinco minutos de duración. A medida que vaya progresando, querrá escuchar contenidos de veinte o más minutos de duración. Escuche el mismo contenido una y otra vez. El tema debe ser de su interés, las voces deben ser de su agrado y el nivel no debe ser muy difícil. Mientras más familiar le resulte el entorno, más fácil le resultará comprender.

Adquiera el hábito de escuchar frecuentemente: por la mañana, durante el día y por la noche. Asegúrese de contar con un equipo portátil apropiado como una grabadora de minidiscos, un reproductor de MP3 o de discos compactos. Aprenda a descargar contenidos y luego grabarlos. De esta manera, evitará comprar discos o cintas y podrá descargar rápidamente lo que usted quiera. Ya no es necesario sentarse en una habitación, al lado de una grabadora como solía hacerlo yo hacia fines de la década del 60. Tampoco tendrá que sentarse frente a la computadora a escuchar los contenidos. Haga lo mismo que yo cuando aprendí cantonés a los cincuenta y cinco años. Descargue los contenidos o compre los CDs y llévese con usted las lecciones mientras va de compras, mientras conduce, mientras hace ejercicios físicos, mientras lava los platos o mientras limpia el garaje. Así logrará la exposición necesaria al idioma.

Al escuchar contenidos nuevos, sólo necesita acostumbrarse a los sonidos y sentir el ritmo. No se preocupe si no entiende todo el contenido. Escúchelo varias veces sin leer el texto. Luego lea el texto detenidamente, buscando las palabras nuevas en un diccionario en línea y guarde las palabras y frases nuevas en una lista para su posterior revisión. Aun después de haber comprendido básicamente un texto, debe escucharlo una y otra vez, para que este contenido sea parte de su subconsciente. Puede que necesite leer el texto nuevamente y por cierto repasará las palabras y frases nuevas varias veces. Pero lo principal es escuchar.

Especialmente en los primeros niveles, céntrese en pocos contenidos y acostúmbrese a ellos, y trate de no cambiar los contenidos constantemente. Al escuchar repetidamente los mismos contenidos, mejorará su habilidad para escuchar donde termina una palabra o frase y donde comienza la otra. También comenzará a reconocer palabras que ya le son familiares cuando escuche nuevos contenidos. Deje que la frase suene en su mente aun cuando haya terminado de escuchar. Repita ciertas frases en voz alta. Trate de imitar la pronunciación correcta.

Escuchar repetidamente es como entrenar físicamente. Usted está entrenando su mente para procesar el idioma nuevo. Es mejore que las sesiones sean cortas y frecuentes y no largas y espaciadas. Trate de escuchar durante una hora por día repartida en segmentos de diez a treinta minutos por vez.

Nunca estuve a favor de esos materiales de aprendizaje modernos de audiovisuales, juegos interactivos para computadoras y otras pruebas y cuestionarios que crean entornos de aprendizaje artificiales. Tampoco me gustaba que evaluaran constantemente mi comprensión sobre lo que estaba escuchando. Me resistía a responder preguntas que me forzaban a recordar lo que había escuchado. Prefería escuchar nuevamente, escuchar material nuevo, o charlar sobre lo que había escuchado. Siempre supe que la comunicación natural era la manera más efectiva de aprender.

Escuchar es comunicación real. Al escuchar, usted se sumerge en un entorno lingüístico puro. Debe usar los sonidos del idioma para imaginar el significado. Escuchar repetidamente crea un entorno de aprendizaje ideal, en tanto que elija contenidos de su interés –contenidos que usted quiera entender. Es bueno contar con una librería en constante crecimiento como parte de una estrategia de aprendizaje de idiomas para toda la vida.

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Lo primero es escuchar. Mi experiencia al aprender chino, japonés y otros idiomas me ha demostrado que la mejor manera de mejorar la fluidez y la comprensión es escuchar – una actividad en apariencia pasiva- una y otra vez contenidos comprensibles. Esta actividad le permite desarrollar sus aptitudes lingüísticas de una manera relajada y sin causarle estrés. Escuchar no es una actividad sólo para principiantes. Yo sigo escuchando mis cintas favoritas en idiomas que ya domino: en mi automóvil, mientras camino o troto, o mientras realizo tareas en mi casa. Siempre se puede mejorar la pronunciación, el ritmo, el vocabulario y la fluidez.


Comience por elegir contenidos que estén a su nivel y simplemente escúchelos. Si usted es un principiante, puede elegir contenidos cortos de unas pocas líneas. Más adelante, podrá pasar a contenidos de dos a cinco minutos de duración. A medida que vaya progresando, querrá escuchar contenidos de veinte o más minutos de duración. Escuche el mismo contenido una y otra vez. El tema debe ser de su interés, las voces deben ser de su agrado y el nivel no debe ser muy difícil. Mientras más familiar le resulte el entorno, más fácil le resultará comprender.


Adquiera el hábito de escuchar frecuentemente: por la mañana, durante el día y por la noche. Asegúrese de contar con un equipo portátil apropiado como una grabadora de minidiscos, un reproductor de MP3 o de discos compactos. Aprenda a descargar contenidos y luego grabarlos. De esta manera, evitará comprar discos o cintas y podrá descargar rápidamente lo que usted quiera. Ya no es necesario sentarse en una habitación, al lado de una grabadora como solía hacerlo yo hacia fines de la década del 60. Tampoco tendrá que sentarse frente a la computadora a escuchar los contenidos. Haga lo mismo que yo cuando aprendí cantonés a los cincuenta y cinco años. Descargue los contenidos o compre los CDs y llévese con usted las lecciones mientras va de compras, mientras conduce, mientras hace ejercicios físicos, mientras lava los platos o mientras limpia el garaje. Así logrará la exposición necesaria al idioma.


Al escuchar contenidos nuevos, sólo necesita acostumbrarse a los sonidos y sentir el ritmo. No se preocupe si no entiende todo el contenido. Escúchelo varias veces sin leer el texto. Luego lea el texto detenidamente, buscando las palabras nuevas en un diccionario en línea y guarde las palabras y frases nuevas en una lista para su posterior revisión.
Aun después de haber comprendido básicamente un texto, debe escucharlo una y otra vez, para que este contenido sea parte de su subconsciente. Puede que necesite leer el texto nuevamente y por cierto repasará las palabras y frases nuevas varias veces. Pero lo principal es escuchar.


Especialmente en los primeros niveles, céntrese en pocos contenidos y acostúmbrese a ellos, y trate de no cambiar los contenidos constantemente. Al escuchar repetidamente los mismos contenidos, mejorará su habilidad para escuchar donde termina una palabra o frase y donde comienza la otra. También
comenzará a reconocer palabras que ya le son familiares cuando escuche nuevos contenidos. Deje que la frase suene en su mente aun cuando haya terminado de escuchar. Repita ciertas frases en voz alta. Trate de imitar la pronunciación correcta.


Escuchar repetidamente es como entrenar físicamente. Usted está entrenando su mente para procesar el idioma nuevo. Es mejore que las sesiones sean cortas y frecuentes y no largas y espaciadas. Trate de escuchar durante una hora por día repartida en segmentos de diez a treinta minutos por vez.


Nunca estuve a favor de esos materiales de aprendizaje modernos de audiovisuales, juegos interactivos para computadoras y otras pruebas y cuestionarios que crean entornos de aprendizaje artificiales. Tampoco me gustaba que evaluaran constantemente mi comprensión sobre lo que estaba escuchando. Me resistía a responder preguntas que me forzaban a recordar lo que había escuchado. Prefería escuchar nuevamente, escuchar material nuevo, o charlar sobre lo que había escuchado. Siempre supe que la comunicación natural era la manera más efectiva de aprender.


Escuchar es comunicación real. Al escuchar, usted se sumerge en un entorno lingüístico puro. Debe usar los sonidos del idioma para imaginar el significado. Escuchar repetidamente crea un entorno de aprendizaje ideal, en tanto que elija contenidos de su interés –contenidos que usted quiera entender. Es bueno contar con una librería en constante crecimiento como parte de una estrategia de aprendizaje de idiomas para toda la vida.