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SpanishLingQ, #36 - Guillermo & Mariano - Pets

Buen día, Mariano. ¿Cómo estás?

¿Qué haces, Guille? Bien, más ó menos, yo la verdad que estoy un poco herido. Tuve un pequeño accidente, me caí de la bicicleta, se me partió literalmente la bicicleta en dos mientras andaba.

No te puedo creer.

Fue terrible. Me caí… toda la gente me vio cómo volé por el aire y me estrellé contra el pavimento, la bicicleta salió despedida por un lado, la rueda de adelante por otro, y yo por otro, y me lastimé la mano izquierda y el codo del brazo derecho.

Y decime, ¿esto fue en una zona rural ó urbana?

No, acá, acá en la ciudad.

Ah, ¿en la ciudad?

Si, si, claro.

Ah.

Si, si, no, caí en el asfalto y me… contra el cordón de la vereda encima, o sea que me lastimé bastante, así que no me… no me lastimé la cara ni la cabeza, ¿no? que hubiese sido peor, pero… por que no uso casco, yo no uso nada ¿viste?

Claro.

… pero… me lastimé bastante, y encima tuve que volver con la bicicleta partida en dos… la tuve que llevar hasta mi casa… Al hombro, digamos. … prácticamente, si… este, así que… pero estoy bien ahora… este… me puse una curita, me desinfecté, y estoy esperando que me cierren las heridas. ¿Vos cómo andás?

Yo ando bien, bien, pero te estaba mirando llegar acá, ¿no? te miraba por la ventana y vi que tenías la mano vendada y realmente no me imaginé que te habías caído de la bicicleta.

¿Qué te imaginaste?

No, me imaginé otro tipo de accidente. Vos por lo general sos de reparar muchas cosas en el hogar, y dije: “bueno, por ahí este pibe se lastimó una mano martillando ó serruchando…” No, ó me mordió un perro… Claro. … como pasó el otro día que me mordió un perro, pero esta vez no, no.

Mariano, y técnicamente hablando, ¿qué le pasó a la bicicleta? ¿Qué se quebró de la bicicleta?

Se rompió la horquilla. La horquilla es lo que une al manubrio con la rueda de adelante, digamos, la dirección, se me partió en dos, ya venía… yo ya me daba cuenta que algún problema había, pero… típico en mí, ¿viste? la negligencia, dejé estar… lo dejé estar, no hice nada… Claro. … y el otro día necesité ir a un lugar, al río en bicicleta y dije: “no se va a partir justo hoy” y bueno, se partió a las dos cuadras.

Claro.

Me contabas también que te mordió un perro hace poco.

Me mordió un perro en la misma mano.

¿En la misma mano?

Si, se me curó y me pasó lo de la bicicleta, en sí esta mano pobre no tiene… Claro. … no tiene descanso, ¿no? viene de un accidente en otro. Sí, me mordió un perro, un perrito chiquitito, de esos perritos que ladran… que no paran de ladrar. Si, fui, me pareció simpático… un salchicha, de esos que tienen el pelaje brillante… Si. … muy lindo, pero ya me di cuenta que… que no tenía muy buena onda conmigo cuando me acerqué.

Y eso que vos por lo general tenés mucha afinidad con los animales y con los perritos, ¿no?

Si, si, acaricio a todos los perros, no le tengo prácticamente miedo… salvo a los Rottweiler, que son peligrosísimos. A todos los perros los acaricio, no tengo problema, pero este perrito me inspiró ternura, fui, lo acaricié y me miró mal… y claro, me miró mal cuando ya tenía mi mano acariciándole la cara al perrito, y bueno, me mordió la mano… Claro … no fue demasiado, pero me clavó los colmillitos… Si, si. … y bueno, me salió un poco de sangre. Aparte yo toco la batería, ¿viste? y se me complicó para ensayar, para tocar, y ahora que me curé de lo del perro, dije: “bueno, listo, vuelvo a tocar la batería” y me caigo de la bicicleta, y otra vez tengo que parar mis ensayos y… y bueno, es una pavada, ya se me va a ir.

Claro.

¿A vos te gustan los perritos?

No, vos sabés que yo les tengo bastante desconfianza a los perros, ¿no? por que muy de pequeño, cuando tenía más ó menos cuatro años, un perro manto negro me mordió la cola, ¿no? en la casa de un vecino… ¿Un glúteo? Un glúteo, sí, sí. Y de ahí quedé con bastante desconfianza, ¿no? entonces no… no me animo a ir por la calle saludando… acariciando a los perros, como que… de por sí, ya tengo… les tengo miedo, ¿viste? a no ser que… … un manto negro es un perro de guardia, es un perro… que no se puede jugar con esos perros… No, no. Justo te mordió un perro complicado.

Si, es un perro bastante jodido, ¿viste? me quedó esa sensación fea. Yo me acuerdo que el perro se me abalanzó encima, y bueno, estaban mis padres ahí tratando de despegarlo al perro, yo era muy chiquito, y bueno, me quedó esa sensación, ¿no? como que tengo esa imagen, por lo general no acaricio un perro a no ser que sea el perro de algún amigo, ¿viste? que me inspire un poco de confianza, y bueno, por ende, no tengo en mi casa ningún perro. Como mascota, lo único que tuve fue un canario, una tortuga y ahora tengo un gato, un gato negro, que de por sí genera también desconfianza en la gente, ó ese mito ¿no? de que los gatos negros te van a dar mala suerte. Pero bueno, la verdad que el mío es un gato divino… ¿Nunca te arañó tu gato? Si, me arañó, me arañó algunas veces, ¿viste? tengo algunos rayillos acá en la mano, pero es un buen gato, ¿viste? es un buen gato.

Yo no creo igual en esto de la mala suerte, los gatos negros no… la gente que dice eso no… no… no conoce a los gatos… Hay gente muy supersticiosa, ¿viste? hay gente muy supersticiosa. No sé por qué se le atribuye esto a que por que el gato sea negro te va a dar mala suerte. En mi casa nunca fue así, desde que tengo el gato estoy andando bastante bien en mi trabajo, en mi deporte, ¿viste?

Yo tuve gatos también en mi casa, ya se murieron todos.

¿Ah, si?

Eran gatas, en realidad… si… ¿Tuviste gatas? Tuve dos gatas y… en realidad tuve tres gatas y un gato. Empecé por que… encontramos una gatita en la calle… abandonada, pero te estoy hablando del año mil nueve ochenta y ocho, ¿eh?

Ah, mira.

Hace muchísimo… Eras pequeñito. Hace veinte años.

Claro.

Y la trajimos a casa, y bueno, tuvo crías, tuvo tres gatos, un gato macho y dos hembras. Primero se murió una de las hembras, que duró muy poco, habrá vivido un año, después de muchos años se murió el gato negro, envenenado, por que una vecina nuestra odiaba los gatos y ponía veneno en la casa, en el patio de su casa, y todos los gatos de la cuadra pasaban por todas las casas, y cuando llegaban a esa casa, comían y se morían. Mis gatos aguantaron bastante tiempo, hasta que el gato negro este se murió… comió eso y se murió. Y me quedé la mayor cantidad de tiempo con las dos gatas, con la madre “Kitty” y la hija “Pamela”, que vivieron unos cuantos años, como quince, dieciséis años, pero se llevaban muy mal, ¿eh? se peleaban… ¿Ah, si? … si, así que una vivía en la puerta de la casa y la otra en el jardín… la hija en el jardín.

Claro.

Todo esto fue normal hasta que trajimos a mi perra, a mi perra “Lola”, una bóxer… ¿Todavía vive, no? Si, no, no es tan vieja, tiene seis años. También tengo un perro “Hueso”, pero “Hueso” no tiene problemas con nadie, no tiene problemas con los gatos, con nadie, es pacífico. “Lola” es buena también, pero es un poco más cazadora, entonces no le gustó nada que haya gatos en la casa, y siempre les hacía la vida imposible, tanto a la madre como a la hija… ¿Y qué terminaron haciendo con los gatos entonces? Mi gata “Pamela”, la que vivía adentro, desde que llegó “Lola” la perra a mi casa, se fue a vivir arriba de un mueble.

¿Se fue a vivir arriba de un mueble?

Si, si.

No se movía por que arriba de ese mueble estaba a salvo… Estaba aislada del perro. De que… claro… de que la agarre “Lola”. Se fue a vivir arriba de ese mueble, prácticamente vivía como un lorito, por que vivía arriba de ese mueble y no se movía más que para ir al jardín un ratito a hacer sus necesidades y después volvía, por que “Lola”… Claro, por que vivía arriba del mueble… de nuevo por que… prácticamente vivía arriba de un mueble. Prácticamente vivía como un loro.

¿Ah, si?

Claro, arriba de un mueblecito, y bajaba una ó dos veces por día para hacer sus necesidades en el jardín, pero estaba a salvo arriba de ese mueble, a salvo de “Lola”, hasta que, bueno, se enfermó y murió por otras circunstancias, pero yo creo que tuvo mucho que ver la mala vida que llevaba desde que estaba la perra en mi casa… Claro, emocionalmente no estaría… Si, si, nerviosa todo el día, aparte era una gata bastante cobarde, es decir, no le hacía frente a la perra, en cambio la madre, “Kitty”, la que vivía fuera, le hacía frente a la perra, cuando “Lola” la quería amenazar, la gata se armaba y le tiraba un arañazo, algo, no tenía miedo para nada la madre, era una gata muy valiente “Kitty”, que también murió, pero murió de vieja, por que ya tenía como diecisiete años. Así que bueno, esas son las gatas que tuve en mi casa, y bueno, todavía tengo a mi perra y a mi perro, que están ahí haciendo de las suyas, a mi me encantan los animales, a mí me encantan los perros… ¿Vos sentís que son parte de tu familia? Si, si, a veces duermo con mi perro… se tira arriba de la cama, lo tengo que echar a las patadas por que me ocupa media cama, ¿viste? es grande… Claro. … y duermo muy incómodo, a veces duermo doblado, por que, cuando me despierto en la madrugada, el perro está en el centro de la cama, yo estoy doblado en lo que queda en la cama… Claro. … y lo tengo que echar a las patadas si no se quiere ir por que es muy vago, le gusta mucho dormir, es como yo.

Mariano, vos que has tenido gatos y bueno, ahora tenés perros, yo te hago esta pregunta por que nunca tuve un perro, y en comparación me dicen que el gato es más independiente, ¿viste? es más reacio, en cambio el perro es más amigo del hombre. En mi caso, mi gato, ¿viste? yo lo llamo para saludarlo, para acariciarlo, y a veces no… hace como que no me escucha, ¿viste? oídos sordos… Y si. … pero los perros es como que… por lo que veo, los llamás, se acercan, y mi gato nada más se acerca cuando le muestro la comida de lejos.

El gato es como más interesado. El gato cuando tiene ganas te busca, cuando tiene algún interés, a mi me da esa sensación, ya sea de tipo afectivo, no estoy hablando solamente de comida… Claro. … por ahí en algún momento se le ocurre que tiene ganas de que lo acaricies, y ahí sí, te va, se hace el mimoso, te busca, se te franelea en las piernas… Claro. … el perro, en cambio, está siempre está dispuesto a recibir tu cariño, tus caricias, a jugar, es como que el perro depende mucho más del amo, está siempre dispuesto a ir a donde el amo vaya, a hacer lo que el amo le pida, pero no es que sea uno mejor que el otro, es cuestión de gustos, el gato no es malo ni traicionero tampoco, simplemente que cuando quiere nada más busca a su amo, pero por lo general hace su vida y no necesita de nadie para vivir.

Bueno, Mariano, yo te dejo por que tengo que ir a llevarle el alimento balanceado al gato de mi vecina que está de vacaciones y me pidió el favor de que le cuide el gato, así que vuelvo en un rato, nomás llevo el alimento.

Tené cuidado con ese gato, ¿eh?

¿Ah, si?

Si, es jodidísimo. Arañó a mucha gente ya.

¿A mucha gente?

Si, a mí me arañó un glúteo.

Ah, no sabía esto.

Y no te lo conté por que quedé traumado.

Bueno.

Bueno.

Bueno, después te cuento cómo me fue.

Dale, dale.

Hasta luego, chao.

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Buen día, Mariano. ¿Cómo estás? 

¿Qué haces, Guille? Bien, más ó menos, yo la verdad que estoy un poco herido. Tuve un pequeño accidente, me caí de la bicicleta, se me partió literalmente la bicicleta en dos mientras andaba. 

No te puedo creer. 

Fue terrible. Me caí… toda la gente me vio cómo volé por el aire y me estrellé contra el pavimento, la bicicleta salió despedida por un lado, la rueda de adelante por otro, y yo por otro, y me lastimé la mano izquierda y el codo del brazo derecho. 

Y decime, ¿esto fue en una zona rural ó urbana? 

No, acá, acá en la ciudad. 

Ah, ¿en la ciudad? 

Si, si, claro. 

Ah. 

Si, si, no, caí en el asfalto y me… contra el cordón de la vereda encima, o sea que me lastimé bastante, así que no me… no me lastimé la cara ni la cabeza, ¿no? que hubiese sido peor, pero… por que no uso casco, yo no uso nada ¿viste? 

Claro. 

… pero… me lastimé bastante, y encima tuve que volver con la bicicleta partida en dos… la tuve que llevar hasta mi casa… 

Al hombro, digamos. 

… prácticamente, si… este, así que… pero estoy bien ahora… este… me puse una curita, me desinfecté, y estoy esperando que me cierren las heridas. ¿Vos cómo andás? 

Yo ando bien, bien, pero te estaba mirando llegar acá, ¿no? te miraba por la ventana y vi que tenías la mano vendada y realmente no me imaginé que te habías caído de la bicicleta. 

¿Qué te imaginaste? 

No, me imaginé otro tipo de accidente. Vos por lo general sos de reparar muchas cosas en el hogar, y dije: “bueno, por ahí este pibe se lastimó una mano martillando ó serruchando…” 

No, ó me mordió un perro… 

Claro. 

… como pasó el otro día que me mordió un perro, pero esta vez no, no. 

Mariano, y técnicamente hablando, ¿qué le pasó a la bicicleta? ¿Qué se quebró de la bicicleta? 

Se rompió la horquilla. La horquilla es lo que une al manubrio con la rueda de adelante, digamos, la dirección, se me partió en dos, ya venía… yo ya me daba cuenta que algún problema había, pero… típico en mí, ¿viste? la negligencia, dejé estar… lo dejé estar, no hice nada… 

Claro. 

… y el otro día necesité ir a un lugar, al río en bicicleta y dije: “no se va a partir justo hoy” y bueno, se partió a las dos cuadras. 

Claro. Me contabas también que te mordió un perro hace poco. 

Me mordió un perro en la misma mano. 

¿En la misma mano? 

Si, se me curó y me pasó lo de la bicicleta, en sí esta mano pobre no tiene… 

Claro. 

… no tiene descanso, ¿no? viene de un accidente en otro. Sí, me mordió un perro, un perrito chiquitito, de esos perritos que ladran… que no paran de ladrar. Si, fui, me pareció simpático… un salchicha, de esos que tienen el pelaje brillante… 

Si. 

… muy lindo, pero ya me di cuenta que… que no tenía muy buena onda conmigo cuando me acerqué. 

Y eso que vos por lo general tenés mucha afinidad con los animales y con los perritos, ¿no? 

Si, si, acaricio a todos los perros, no le tengo prácticamente miedo… salvo a los Rottweiler, que son peligrosísimos. A todos los perros los acaricio, no tengo problema, pero este perrito me inspiró ternura, fui, lo acaricié y me miró mal… y claro, me miró mal cuando ya tenía mi mano acariciándole la cara al perrito, y bueno, me mordió la mano… 

Claro 

… no fue demasiado, pero me clavó los colmillitos… 

Si, si.

… y bueno, me salió un poco de sangre. Aparte yo toco la batería, ¿viste? y se me complicó para ensayar, para tocar, y ahora que me curé de lo del perro, dije: “bueno, listo, vuelvo a tocar la batería” y me caigo de la bicicleta, y otra vez tengo que parar mis ensayos y… y bueno, es una pavada, ya se me va a ir. 

Claro. 

¿A vos te gustan los perritos? 

No, vos sabés que yo les tengo bastante desconfianza a los perros, ¿no? por que muy de pequeño, cuando tenía más ó menos cuatro años, un perro manto negro me mordió la cola, ¿no? en la casa de un vecino… 

¿Un glúteo?

Un glúteo, sí, sí. Y de ahí quedé con bastante desconfianza, ¿no? entonces no… no me animo a ir por la calle saludando… acariciando a los perros, como que… de por sí, ya tengo… les tengo miedo, ¿viste? a no ser que… 

… un manto negro es un perro de guardia, es un perro… que no se puede jugar con esos perros… 

No, no. 

Justo te mordió un perro complicado. 

Si, es un perro bastante jodido, ¿viste? me quedó esa sensación fea. Yo me acuerdo que el perro se me abalanzó encima, y bueno, estaban mis padres ahí tratando de despegarlo al perro, yo era muy chiquito, y bueno, me quedó esa sensación, ¿no? como que tengo esa imagen, por lo general no acaricio un perro a no ser que sea el perro de algún amigo, ¿viste? que me inspire un poco de confianza, y bueno, por ende, no tengo en mi casa ningún perro. Como mascota, lo único que tuve fue un canario, una tortuga y ahora tengo un gato, un gato negro, que de por sí genera también desconfianza en la gente, ó ese mito ¿no? de que los gatos negros te van a dar mala suerte. Pero bueno, la verdad que el mío es un gato divino… 

¿Nunca te arañó tu gato? 

Si, me arañó, me arañó algunas veces, ¿viste? tengo algunos rayillos acá en la mano, pero es un buen gato, ¿viste? es un buen gato. 

Yo no creo igual en esto de la mala suerte, los gatos negros no… la gente que dice eso no… no… no conoce a los gatos… 

Hay gente muy supersticiosa, ¿viste? hay gente muy supersticiosa. No sé por qué se le atribuye esto a que por que el gato sea negro te va a dar mala suerte. En mi casa nunca fue así, desde que tengo el gato estoy andando bastante bien en mi trabajo, en mi deporte, ¿viste? 

Yo tuve gatos también en mi casa, ya se murieron todos. 

¿Ah, si? 

Eran gatas, en realidad… si… 

¿Tuviste gatas? 

Tuve dos gatas y… en realidad tuve tres gatas y un gato. Empecé por que… encontramos una gatita en la calle… abandonada, pero te estoy hablando del año mil nueve ochenta y ocho, ¿eh? 

Ah, mira. 

Hace muchísimo… 

Eras pequeñito. 

Hace veinte años.  

Claro. 

Y la trajimos a casa, y bueno, tuvo crías, tuvo tres gatos, un gato macho y dos hembras. Primero se murió una de las hembras, que duró muy poco, habrá vivido un año, después de muchos años se murió el gato negro, envenenado, por que una vecina nuestra odiaba los gatos y ponía veneno en la casa, en el patio de su casa, y todos los gatos de la cuadra pasaban por todas las casas, y cuando llegaban a esa casa, comían y se morían. Mis gatos aguantaron bastante tiempo, hasta que el gato negro este se murió… comió eso y se murió. Y me quedé la mayor cantidad de tiempo con las dos gatas, con la madre “Kitty” y la hija “Pamela”, que vivieron unos cuantos años, como quince, dieciséis años, pero se llevaban muy mal, ¿eh? se peleaban… 

¿Ah, si? 

… si, así que una vivía en la puerta de la casa y la otra en el jardín… la hija en el jardín. 

Claro. 

Todo esto fue normal hasta que trajimos a mi perra, a mi perra “Lola”, una bóxer… 

¿Todavía vive, no? 

Si, no, no es tan vieja, tiene seis años. También tengo un perro “Hueso”, pero “Hueso” no tiene problemas con nadie, no tiene problemas con los gatos, con nadie, es pacífico. “Lola” es buena también, pero es un poco más cazadora, entonces no le gustó nada que haya gatos en la casa, y siempre les hacía la vida imposible, tanto a la madre como a la hija… 

¿Y qué terminaron haciendo con los gatos entonces? 

Mi gata “Pamela”, la que vivía adentro, desde que llegó “Lola” la perra a mi casa, se fue a vivir arriba de un mueble. 

¿Se fue a vivir arriba de un mueble? 

Si, si. No se movía por que arriba de ese mueble estaba a salvo… 

Estaba aislada del perro. 

De que… claro… de que la agarre “Lola”. Se fue a vivir arriba de ese mueble, prácticamente vivía como un lorito, por que vivía arriba de ese mueble y no se movía más que para ir al jardín un ratito a hacer sus necesidades y después volvía, por que “Lola”… 

Claro, por que vivía arriba del mueble… de nuevo por que… prácticamente vivía arriba de un mueble. 

Prácticamente vivía como un loro. 

¿Ah, si? 

Claro, arriba de un mueblecito, y bajaba una ó dos veces por día para hacer sus necesidades en el jardín, pero estaba a salvo arriba de ese mueble, a salvo de “Lola”, hasta que, bueno, se enfermó y murió por otras circunstancias, pero yo creo que tuvo mucho que ver la mala vida que llevaba desde que estaba la perra en mi casa… 

Claro, emocionalmente no estaría… 

Si, si, nerviosa todo el día, aparte era una gata bastante cobarde, es decir, no le hacía frente a la perra, en cambio la madre, “Kitty”, la que vivía fuera, le hacía frente a la perra, cuando “Lola” la quería amenazar, la gata se armaba y le tiraba un arañazo, algo, no tenía miedo para nada la madre, era una gata muy valiente “Kitty”, que también murió, pero murió de vieja, por que ya tenía como diecisiete años. Así que bueno, esas son las gatas que tuve en mi casa, y bueno, todavía tengo a mi perra y a mi perro, que están ahí haciendo de las suyas, a mi me encantan los animales, a mí me encantan los perros… 

¿Vos sentís que son parte de tu familia? 

Si, si, a veces duermo con mi perro… se tira arriba de la cama, lo tengo que echar a las patadas por que me ocupa media cama, ¿viste? es grande… 

Claro. 

… y duermo muy incómodo, a veces duermo doblado, por que, cuando me despierto en la madrugada, el perro está en el centro de la cama, yo estoy doblado en lo que queda en la cama… 

Claro. 

… y lo tengo que echar a las patadas si no se quiere ir por que es muy vago, le gusta mucho dormir, es como yo. 

Mariano, vos que has tenido gatos y bueno, ahora tenés perros, yo te hago esta pregunta por que nunca tuve un perro, y en comparación me dicen que el gato es más independiente, ¿viste? es más reacio, en cambio el perro es más amigo del hombre. En mi caso, mi gato, ¿viste? yo lo llamo para saludarlo, para acariciarlo, y a veces no… hace como que no me escucha, ¿viste? oídos sordos… 

Y si. 

… pero los perros es como que… por lo que veo, los llamás, se acercan, y mi gato nada más se acerca cuando le muestro la comida de lejos. 

El gato es como más interesado. El gato cuando tiene ganas te busca, cuando tiene algún interés, a mi me da esa sensación, ya sea de tipo afectivo, no estoy hablando solamente de comida… 

Claro. 

… por ahí en algún momento se le ocurre que tiene ganas de que lo acaricies, y ahí sí, te va, se hace el mimoso, te busca, se te franelea en las piernas… 

Claro. 

… el perro, en cambio, está siempre está dispuesto a recibir tu cariño, tus caricias, a jugar, es como que el perro depende mucho más del amo, está siempre dispuesto a ir a donde el amo vaya, a hacer lo que el amo le pida, pero no es que sea uno mejor que el otro, es cuestión de gustos, el gato no es malo ni traicionero tampoco, simplemente que cuando quiere nada más busca a su amo, pero por lo general hace su vida y no necesita de nadie para vivir. 

Bueno, Mariano, yo te dejo por que tengo que ir a llevarle el alimento balanceado al gato de mi vecina que está de vacaciones y me pidió el favor de que le cuide el gato, así que vuelvo en un rato, nomás llevo el alimento. 

Tené cuidado con ese gato, ¿eh? 

¿Ah, si? 

Si, es jodidísimo. Arañó a mucha gente ya. 

¿A mucha gente? 

Si, a mí me arañó un glúteo. 

Ah, no sabía esto. 

Y no te lo conté por que quedé traumado. 

Bueno. 

Bueno. 

Bueno, después te cuento cómo me fue. 

Dale, dale. 

Hasta luego, chao.